Muerto a puntapiés
sin un jarabe en la garganta
el corazón se levanta
como si no tuviera voz
Las retinas ya no existen
y las almas solitarias se buscan
en el dolor, el verso triste
las hamacas y las musas
Yo, sin proponer un llanto
me curo de espanto
y olvido al corazón
que tantas flores deshojó
que tantos lugares desoló
que tantos remedios me negó
El cobarde que se hizo valiente hace unos meses
salta de dos en dos las escaleras
ahora no hay flor que le interese
no hay otoño ni primavera
La muerte que a la vida no interesa
puso las cartas sobre la mesa
y me ganó
No sin antes marchitar una ilusión
desarmar una verdad
y escupir sobre el colchón
La muerte es muerte y nada más
y sin confiar en los demás
me expulsa del deseo
y me miente un más allá
que se parece a lo que quiero
pero que no es y no será
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