pues no... no hay discordia en la dedicatoria tenebrosa del adiós.
simple, llano como debe ser, como debió llegar.
yo, no soy ni mares ni horizontes y en la otra orilla no importa lo que suceda.
Hasta el fin no voy con los que no se apuntan enteros,
y tú jamás llevaste el salvavidas ni el marinero.
sueños nefastos en el océano claro que te imaginas,
eso es lo que te encuentras en esta orilla,
que ya no te duerme con cuentos de hadas,
ni suprime los malos vicios.
Ya retirando esta barcaza, el cielo se despeja un poco más
y las hienas que me rodeaban se van junto a la madera de tu embarcación,
que resultó aparecer como un nido de lobos y ovejas
disfrazados en dos personas de supuestas convicciones inquebrantables.
yo parto en dos esta mitad de tiempo
porque los círculos viciosos mencionados en otras letras
son los mismos que se irradian desde ti, desde tus mares.
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