Encuentro un cigarrete encendido en tus labios
y lo fumo embebido en el bar de la nostalgia
que cega mi mirada...
No te veo, no comprendo tus líneas
y te confundes con la silueta gris que se escapa de mi boca
y que toca tus labios sin alcanzarlos.
Distribuyo cada palabra en la carga de nicotina de mis pulmones,
y te abrazo con una tos callada
que nace en las ganas de tenerte,
que muere con las ganas de no odiarte.
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